Sucede que, en una serie de situaciones familiares que presenciamos día tras día, nuestros ojos captan momentos bastante especiales. No parecen ser sobrenaturales o extremos, pero nuestra imaginación comienza a funcionar tratando de encontrar respuestas a las preguntas “¿Cómo?” y”¿Por qué?”, las cuales se multiplican en nuestra cabeza.